jueves, 31 de enero de 2013


No puedo pedirte que me quieras como antes, que me cuentes tus secretos más oscuros como cuando confiabas en mí pero hoy me atrevo a pedirte que bailes conmigo. Que me tomes las manos y las coloques tras tu cuello, que sin verguenza, pongas tus manos en mi cintura. Estoy segura de que no olvidaré esta pieza, esta canción que suena de fondo como testigo de nuestras miradas. Se ha terminado. Y no se si llorar, no se que se supone que uno hace en estos momentos. Me dedicas una media sonrisa, ahora se que tampoco sabes que decir o hacer. Somos tan inexpertos. Pero te quiero tanto, por los viejos tiempos, e incluso por este momento, porque te prestas a mis brazos aunque ya no seas más mío. De pronto espero que este tema dure más que esos tres minutos finitos. No he tenido suficiente de ti. No he tenido suficiente de tus manos, de tu cuerpo, de tu alma, de tus risas. Nunca me cansaré de tus hábitos matutinos, ni de ver como te desplazas de un trecho a otro. Me sujetas más fuerte, y me presionas contra tu cuerpo contraído. Se que estás conteniendo la respiración, que esto duele más de lo previsto. Apoyo mi cabeza en tu pecho, y escucho tu corazón agitado, ese corazón que fue mío un tiempo atrás. En silencio, por dentro, estoy llorando como una niña. Te relajas, y te apartas un poco, se que se han terminado los tres privilegiados minutos. "Siempre te querré, lo sabes, verdad?", me besas en la sien y me sueltas. A lo lejos te veo voltear, se que lo harás.

2 comentarios

  1. Terminé en tu blog buscando un escrito de J. Chacón.. y esta entrada me encantó .. fue como revivir un recuerdo..

    Saludos.!

    ResponderEliminar
  2. Sin palabras, la verdad que este escrito es HERMOSO.

    ResponderEliminar

© its now or never
Maira Gall