Cuando creas que todo está perdido, cuando tu ánimo decaiga, sigue, porque solo si sigues descubrirás que la felicidad estaba más cerca de lo que pensabas. Porque cuando menos te lo esperas, es cuando llegan las mejores cosas, cuando no buscas nada en especial, cuando no lo piensas y lo sientes, entonces se hace realidad. No hacen falta cartas repletas de costosos regalos para ser un poco más feliz, solo llenar el corazón de buenos deseos, de esos que hacen vibrar el alma.