Luego al siguiente día por la mañana, te pongo mi mejor sonrisa para que no me preguntes nada.
Si, creo que lo hago cada día, me acuesto temprano para tener un momento para pensar en una vida contigo, y aunque se que es mentira, por un segundo me siento bien.
Te imagino ahí, riéndote conmigo, callando las palabras con los mejores besos. Y me pregunto que harás tu, en quien pensarás al irte a la cama.
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