Creí que si no te hablaba, si no escuchaba nada de ti, si no hablaba más sobre ti y si dejaba de mirar lo que escribías, te podría olvidar y dejarías de doler.
Así lo hice, dejé de pensarte, de escribirte, de verte, de hablarte y hablar de ti y cuando eso se volvió costumbre y ya casi habías desaparecido, te soñé.
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