domingo, 19 de marzo de 2017

Uno de los errores de nuestra cultura es pensar que solo lo posible vale la pena. Hemos puesto la atención únicamente en lo realizable, lo tangible, lo real y lo medible, y hemos dejado a un lado el valor de lo inalcanzable, las utopías, las ilusiones y los sueños.  La gente se enorgullece de tener los pies en la tierra, de ser realista y sensata, y se burla de aquellos que están en las nubes. Vivir a expensas de que algo tenga un final feliz seria como decir ''no vivas, que vas a morir''. Creo que no importa tanto que la película acabe bien si el desarrollo es un tostón. Yo no pago palomitas por cinco minutos de final, sino por dos horas de emoción.
© its now or never
Maira Gall