Aquí sentados en el banquillo del mirador que da a conocer gran parte de la ciudad y su movimiento… nos dimos cuenta como el tiempo creó manos fuertes y sueños en pie. Nuestras miradas están fijas en las estrellas, hoy es la ultima noche, el momento de la despedida. El tiempo trajo consigo buenos recuerdos y zurcos en los corazones. El deseo de quedarse era igual de fuerte al de volver a tierra natal. Algún día el destino volvería al encuentro de aquellos a quienes hizo decir un inevitable adiós… solo hay que esperar a que no sea tan tirano y solo termine dejándolos en la mano de cada uno, ese recuerdo y memoria y las ganas de que suceda otra vez. Y aquí estamos parados en la cerca del mirador pidiéndole al otro que no se olviden.. mejor tarde que nunca, con esa frase partió diciendo que algún día se iría.. ahora con la misma, espera regresar.